El índice de sentimiento de la Universidad de Michigan se ha desplomado hasta alcanzar mínimos históricos, sin embargo, la medición del Conference Board ofrece una imagen muy diferente: lo que se pregunta y la forma de ponderar las respuestas pueden dar lugar a respuestas muy diferentes y es importante recordar que lo que la gente dice y lo que la gente hace puede ser muy diferente, dice un informe de ING Bank.
El índice de junio de la Universidad de Michigan de junio cayó a un mínimo histórico que a primera vista, es la peor combinación posible para la Fed, ya que sugiere que los hogares temen realmente la estanflación.
El daño se produjo en las finanzas de los hogares debido a la reducción del poder adquisitivo por el aumento de la inflación: sólo el 30,8% de los hogares cree que el crecimiento de los ingresos superará a la inflación en los próximos cinco años.
También hay un creciente pesimismo sobre las expectativas de los ciudadanos en cuanto a la comodidad de su jubilación, lo que presumiblemente refleja el mal comportamiento del mercado de valores en lo que va de año.
Curiosamente, la encuesta sugiere que la gente no está especialmente preocupada por la subida de los tipos de interés. Es la historia del aumento del precio de la gasolina la que está haciendo el verdadero daño.
Para los expertos del banco holandés, “lo que se pregunta y cómo se ponderan las respuestas es importante”.
Por esta razón, ING no se preocupa por el índice, ya que muestra una divergencia entre el índice de sentimiento de la Universidad de Michigan y la medida del Conference Board, que no resultó tan mala.
Es importante recordar que lo que se pregunta y cómo se pondera la respuesta puede alterar el panorama.
Podría decirse que la Universidad de Michigan se centra más en la dinámica de la inflación y el coste de la vida, mientras que la medida del Conference Board parece poner más énfasis en cómo ve la gente el mercado de trabajo y los ingresos nominales, de ahí la división en los índices.
Ninguna de las dos encuestas tiene una gran relación con el gasto de los consumidores, ya que el consumo se disparará en el segundo trimestre sobre la base de los datos de abril ya publicados y los fuertes datos de movilidad de las personas en torno al comercio minorista y el ocio en mayo y principios de junio.
La política puede ser una razón importante para esto, ya que la percepción de hacia dónde se dirige el país influye en el sentimiento, pero no necesariamente en el gasto.
Los partidarios de los republicanos se sienten más negativos que nunca y los independientes no están precisamente contentos. Por el contrario, los demócratas se sienten más o menos en la misma línea que en los últimos 15 años.